Gandia

Las playas de Gandía son largas y cuidadas. El Serpis y su desembocadura-, las abruptas montañas muy próximas a la costa, como el Mondúver, con más de 840 metros y todos los servicios imaginables en una ciudad moderna, hacen de Gandia una opción, no ya de veraneo, sino una forma de vivir para muchos, al borde del mar. Por no faltar, no falta ni su propia sede universitaria, que le confiere ese dinamismo y que impregna sus playas y calles del ajetreo que otros sueñan. La mejora continua de los paseos, mejoras ambientales y paisajísticas progresivas tendentes a la restauración de las amplias dunas y calidad de sus arenas, junto con su abundancia por las excepcionales condiciones geográficas, hacen de Gandia un núcleo de primer orden de la comarca. Su paseo marítimo es uno de los más codiciados en época veraniega y, en su activo puerto deportivo, se dispone de todo lo necesario para la práctica de la vela ligera o amarres para embarcaciones de mayor calado y pretensiones. Gracias a la apertura a la mar, facilitada por su activo puerto, la actividad económica principal hasta finales del siglo XIX fue intensa y basada en la producción y comercialización de la seda y las pasas, compartida esta última actividad con la cercana Dénia.
Todos estos atractivos la convierten, si se nos permite apurar un poco el símil, en la playa de la capital de España, por sus buenas comunicaciones terrestres y ferroviarias, la excepcional oferta residencial y los numerosos atractivos antes descritos, a los que se añade una gastronomía poderosa, sugerente, presidida por la fideuà y otras delicias locales.

Playas de Gandia

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